Nuestro primer apostolado es la oración ante Jesús Eucaristía.
El es el centro y el que da sentido a nuestra vida, a nuestro servicio y entrega diaria.
Ante él llevamos las necesidades, dolores, esperanzas, sufrimientos de nuestro mundo, de nuestra sociedad, de sus sacerdotes y de todo el pueblo sacerdotal.
La Oblata de Jesús Sacerdote hace suya la invitación de Jesús a que todos sus discípulos roguemos al Padre que envíe obreros a su mies (Mt. 9, 37-38).
La oración es el alimento de nuestra vida consagrada, el manantial que nos da plenitud, de donde brota la alegría de pertenecerle.