Es la primera etapa al ingresar a la Congregación. En ella las jóvenes enriquecen su formación humana y cristiana y las ayuda a consolidar su primer discernimiento vocacional.
En esta etapa se guía a las novicias a un seguimiento radical de Cristo, a una profundización de los signos del llamado y del espíritu y misión de la Congregación.
En esta etapa se ayuda a que las junioras consoliden su vida consagrada, favoreciendo su madurez integral, capacitándolas teórica y prácticamente en el desempeño de la misión en vistas a su profesión perpetua e integración definitiva a la vida y espíritu del Instituto.
Esta etapa es el momento definitivo de la Alianza que Dios hace con la hermana que ha decidido entregar su vida PARA SIEMPRE a Dios como Oblata de Jesús Sacerdote.
Formación Permanente
La formación permanente es un proceso en el que el Padre a través del Espíritu sigue formando en cada religiosa la Imagen de su Hijo. Es un crecimiento integral de la persona hacia la plena realización con Cristo; con las modalidades propias del Carisma.