EL LEMA DEL INSTITUTO

Las palabras de la Escritura:

En Oblacíon al Señor (num. 28,8)

Son el lema de nuestro Instituto y el resumen  de nuestro ser de Oblatas de Jesús Sacerdote.

 

Mi vida es ser Hostia

¡Mi vocación es un ministerio!

Cristo Sacerdote está en medio de los siglos, por Él, todos y todas estamos incorporados a la inmensa liturgia que rinde la Iglesia a la Trinidad.
Del Sacerdocio de Cristo pende todo sacerdocio. Cristo se alarga a través de los siglos y por sus sacerdotes.

…Y aquí está el secreto de mi Vocación: participar en la formación y en la realización perfecta de esos Cristos, los sacerdotes. Mi vida es juntar los trigos de esa hostia.
Es ser un sembrador. Es amasar, moldear, atizar el fuego que transformará esa masa informe, en hostias para el altar.

Nuestro Padre, el P. Félix, vio muy hondo, vio esa legión de Sacerdotes Santos que tendrían la misión de renovar, de humanizar el mundo por un nuevo desbordamiento del Espíritu de Dios.

El P. Félix pensaba en otro Nazaret, y soñaba en una legión de mujeres atentas a Cristo, como la familia de Betania. Las veía arrodilladas ante la Eucaristía mirando a Jesús y dejándose penetrar hasta el fondo por esa presencia que invadía todo su ser. Las soñaba Hostias de Jesús Sacerdote y las quería blancas, puras y transfiguradas por obra del Amor.

Soy una “OBLATA”, una Hostia en manos de Cristo Sacerdote. Mi Ser es “Amar el Sacerdocio de Cristo y hacerlo Amar”. Mi vida es una oración y entrega total a Dios, una verdadera inmolación por su Sacerdocio a favor de otros y otras.

Así nos quería el padre Félix.